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El Sol nos permite el autoconsumo energético, pero también nos puede dar alguna sorpresa
Publicado el 08 Nov 2021. Leer este artículo te llevará menos de 6 minutos
Durante los últimos días, muchos medios de comunicación se ha hecho eco de la proximidad de una tormenta solar geomagnética de intensidad G1 que tendrá su pico de incidencia el próximo jueves 11 de noviembre. La gran mayoría de nosotros hemos conocido este fenómeno gracias al cine, donde estas tormentas suelen tener un efecto absolutamente devastador sobre la vida y la tecnología en la Tierra.
Más allá de que la civilización no se vaya a acabar (al menos no por una tormenta geomagnética de origen solar), vamos a explicar qué tipo de fenómeno es una tormenta solar, sus distintos niveles y, lo más importante para nuestros lectores, si tus paneles solares están o no en peligro.
(ALERTA SPOILER: despreocúpate, tus paneles solares están absolutamente a salvo)
Las tormentas magnéticas o tormentas solares son perturbaciones temporales en nuestra magnetosfera producidas por nuestra estrella más cercana. Estas perturbaciones pueden tener 2 orígenes: un aumento en la presión ejercida por el viento solar, en cuyo caso la tormenta apenas entraña cierto peligro para los satélites artificiales que orbitan alrededor de la tierra, o una eyección de masa coronal que a su vez genere un aumento muy grande en la presión que el viento solar ejerce sobre la anteriormente mencionada magnetosfera y que puede tener cierta repercusión en los sistemas de navegación y las ondas de radio.
Los humanos llevamos toda nuestra vida observando el cielo, especialmente al Sol. Es una estrella maravillosa, sí, pero no está exenta de peligros. Hemos creado una nomenclatura y escalado la intensidad de cada uno de los fenómenos negativos que ciertas fases de su actividad provocan en nuestra salud y la de nuestro planeta. Usamos diversas letras para hacer una referencia rápida a estos fenómenos: la “X” para las llamaradas solares de alta intensidad, la "M" para las de intensidad media y la "C" para las de baja intensidad; todas ellas acompañadas de un número que corresponde a la intensidad. La "G", por su parte, es la encargada de referirse a la actividad geomagnética, y varía del 1 para las más débiles al 5 de las peligrosamente intensas.
Estas tormentas solares se componen de 3 fases: todo comienza con la aparición de las erupciones solares:, en la que los rayos X y la luz ultravioleta ionizan la capa superior de la atmósfera; este fenómeno puede provocar interferencias en las comunicaciones por radio. Posteriormente, se desata una tormenta de radiación, que puede poner en peligro la vida de cualquier ser vivo que se encuentre en el espacio, tanto la de los astronautas como la de los futuribles turistas espaciales.
Finalmente, se produce la aparición de una nube de partículas cargadas que puede tardar días en alcanzar la atmósfera terrestre. Es el fenómeno al que llamamos eyección de masa coronaria, y cuando choca contra la magnetosfera, provoca fluctuaciones electromagnéticas que pueden dañar dispositivos electrónicos que se encuentren a gran altura.
Las estrellas son cuerpos celestes esferoides de una inmensidad sobrecogedora, y están compuestos principalmente de plasma. Emiten una cantidad de energía prácticamente infinita a lo largo de ciclos de vida que rozan la eternidad. Al igual que el resto de estrellas, el Sol está sujeto a ciclos magnéticos en los que invierte sus polos y varía la intensidad en su actividad. Estos ciclos duran 22 años terrestres y en ese tiempo sus polos magnéticos se invierten una vez cada 11 años.
Uno de los fenómenos observables durante estos ciclos es la aparición de manchas en su corteza. Su aparición es un indicador de que la intensidad en su actividad ha aumentado, y con ella, la intensidad de su viento y la frecuencia con la que eyecta masa coronal, como en el caso que nos ocupa.
En la segunda mitad del año 1859 tuvo lugar la tormenta solar más intensa de la que tenemos constancia: el evento recibe su nombre por el astrónomo inglés Richard Carrington, que dio la alarma a nivel mundial de esta potentísima tormenta. Entre los efectos más reconocibles de este tipo de fenómenos geomagnéticos, está la extensión de las auroras a unos kilómetros de su zona de despliegue habitual. Pues bien, durante el evento Carrington, las auroras boreales se registraron en Cuba, Honolulu o Madrid; mientras que las australes fueron vistas en Santiago de Chile.
Decenas de oficinas de telégrafos por todo Estados Unidos vieron cómo sus equipos se cortocircuitaban e incluso se prendían fuego y los habitantes de Escandinavia pudieron leer el periódico mientras se producían las Auroras sin necesidad de iluminación artificial. Todos estos hechos nos hacen esbozar una sonrisa, pero si una tormenta solar de una intensidad similar se produjese hoy, las consecuencias podrían ser devastadoras.
La tormenta solar más intensa de la que tenemos constancia registrada impactó contra la magnetosfera en el intervalo que separó las 2 etapas de la Revolución Industrial (1840-1880), por lo que la civilización aún se encontraba utilizando tecnología basada en el vapor y el carbón, a más medio siglo de la aparición de los primeros transistores en los que se basa la tecnología actual.
Como ya hemos comentado anteriormente, haría falta una tormenta magnética de intensidad G5 para que los electrodomésticos, dispositivos móviles o los componentes electrónicos integrados en los medios de transporte fuesen dañados por una ráfaga de viento solar provocada por una eyección de masa coronal.
El único peligro que correrían nuestros paneles solares con una tormenta G4 o inferior, sería el de una desconexión si la red eléctrica se cayese y nuestra instalación se encontrase conectada a ella, pero volverían a funcionar en cuanto se restableciese la red. Ese tipo de caídas en el suministro eléctrico general puede darse también por una caída o fallo general sin una eyección de masa coronal por parte del Astro Rey.
Como has podido leer, tus paneles solares poco o nada tienen que temer de una tormenta geomagnética. El sol es una fuente de energía ilimitada y de ahorro para todos lo que hemos dado el salto a las energías limpias con nuestros paneles solares. ¿Sentías mucha preocupación ante la inminente tormenta solar de esta semana? Nos encantará saber cuáles eran tus expectativas y a qué película asocias las tormentas solares.
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Luis Enrique González Iglesias
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