¿Qué es el Etiquetado de Eficiencia Energética en los Electrodomésticos?

Si hay algo en lo que todos nos fijamos a la hora de comprar un electrodoméstico, eso es el precio. Quien más quien menos, le presta cierta atención al diseño o sencillamente busca que el color coincida con el resto de electrodomésticos de su hogar. Lo que la mayoría pasa por alto es un detalle al que le vas a prestar mucha atención después de haber leído este artículo: la etiqueta de eficiencia energética.

La eficiencia o esa etiqueta que (casi) nadie mira

Está claro que el precio marca la capacidad inicial de adquisición de un producto, pero en el caso de un electrodoméstico, y al contrario que con un abrigo o una bicicleta, su “coste” no se queda únicamente en la cifra que pagamos al pasar por caja o en sus posibles reparaciones; cada vez que entre en uso, ese electrodoméstico consumirá una cantidad de electricidad que hará que su utilización nos cueste más o menos dinero. Por eso es tan importante fijarse bien en su nivel de eficiencia energética; el valor indicado en su etiqueta nos ayudará a calcular cuánto nos costará utilizar ese electrodoméstico durante un año.

El etiquetado de eficiencia energética de estos productos en la Unión Europea comenzó allá por 1992 (sí, el mismo año que los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Expo de Sevilla o el VideoPhone 2500 de AT&T) con el objetivo de permitir a los usuarios europeos conocer la sonoridad, el consumo energético y la demanda de agua de un electrodoméstico antes de instalarlo en sus hogares. Esta pegatina debía aparecer bien visible en el frontal mostrado al público y medía la eficiencia en una escala de letras y colores, siendo la A y el verde los más eficientes y la G y el rojo los menos.

La medida fue un éxito rotundo, logró desplazar de las estanterías a los productos menos eficientes en su consumo y generación de ruido en favor de los más silenciosos y que menos gasto generaban. El sistema de etiquetado ha ido evolucionando con el paso del tiempo, siendo más exigente según mejoraba la tecnología.

2021: mirando al futuro

El año pasado se fijó la implementación del nuevo etiquetado, cambiando la escala de valores reciente, que iba desde A+++ hasta D, por una revisión de la original que va desde A hasta G. Este cambio en la nomenclatura se debe a la confusión producida por los 4 niveles existentes entre A y A+++ entre muchos usuarios, ya que percibían esos 4 niveles como demasiado similares y adquirían productos menos eficientes de lo esperado.

Otra de las novedades es la inclusión de datos concretos del consumo por tipo de electrodoméstico: capacidad en litros del congelador, consumo en litros de agua por ciclo del programa ECO de un lavavajillas, consumo en kWh por cada 1000 horas de una TV mostrando contenido en alta definición o el nivel de eficiencia del centrifugado de una lavadora.

Y como complemento a todo lo anterior, ahora también se muestran la capacidad en litros y el nivel de ruido de una forma más clara y realista, menos optimista con el posible consumo anual del producto. Por último, se incluye un código QR en el etiquetado para que el posible comprador pueda obtener información más detallada en su dispositivo móvil.

El 1 de marzo de 2021 marcó la fecha a partir de la cual es obligatorio comenzar a usar este nuevo tipo de etiquetado en frigoríficos, lavavajillas, lavadoras y televisores; las bombillas y las lámparas lo hicieron el 1 de septiembre del año pasado, mientras que los hornos, los equipos de climatización (incluidos los ventiladores) y las secadoras lo harán durante el primer trimestre de 2022. El resto de electrodomésticos de cocina y baño, así como los neumáticos, verán su etiquetado revisado en el futuro cercano.

Hacia una Europa más verde y sostenible

La versión actual del etiquetado y sus futuras versiones se enmarcan en los parámetros que Bruselas propuso a finales de 2019 bajo el Green Deal (Acuerdo Verde). El objetivo es que el Viejo Continente reduzca su nivel de emisiones en 2030 al 55% de lo emitido en 1990. Los hogares representan una parte importante de las emisiones, y por ello el etiquetado se irá revisando cada vez que los electrodomésticos tipo A representen un 30% de la oferta o A y B alcancen un 50%. El paso siguiente será que los electrodomésticos etiquetados como A pasen a ser B, con lo que sólo los más eficientes de la nueva generación podrán ocupar el lugar más destacado.

El coste actual de la electricidad obliga a que los hogares busquemos los que nuestros electrodomésticos sean lo más eficientes posible en cuanto a su consumo energético se refiere; el etiquetado de eficiencia energética del EPREL (European Product Database for Energy Labelling o Base de Datos Europea de Productos para el Etiquetado Energético) debe ayudarte tanto como el propio precio final del producto para decidir si ese electrodoméstico es una buena compra.

Invertir en el ahorro es invertir en libertad

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